martes, 18 de noviembre de 2008

Bibliotecas Públicas y Bibliotecas Móviles.

Si tuviéramos que resumir la biblioteca pública en una palabra, ésta sería la palabra cambio. Antes, aunque no hace mucho tiempo, se podría decir que la biblioteca era un depósito de libros en los que se limitaba a ser un transmisor de la cultura. Se puede decir que el cambio es un cambio físico (el futuro de la biblioteca es convertirse en CRAI), personal (el personal tiene que ser continuamente formado debido a los cambios continuos en las tecnologías y también el cambio en las tareas del personal ahora dedicado más a la alfabetización informacional del ciudadano) y de la colección (aparece la colección digital). La biblioteca hoy no sólo sirve como depósito de documentos sino también tiene como función, entre otras, la de romper la brecha digital educando a los ciudadanos; además de otras funciones como el de animación a la lectura, difusión de la cultura o la tarea de servir como fuente de información.
Una de las formas que tiene la biblioteca pública para llegar al ciudadano son las bibliotecas móviles. En nuestra sociedad occidental, con las bibliotecas móviles (más conocida con el nombre de bibliobuses) se puede formar, educar, informar y ayudar al ciudadano pero para que a éste le sea más comodo el acceso a la cultura. Sin embargo, en el resto del mundo, las bibliotecas móviles sirven como biblioteca en si y su función princial es el de alfabetizar de forma literal a la población. He aquí un ejemplo de una biblioteca móvil en Etiopía, más conocida como biblioburro:




Volviendo a nuestra sociedad; aunque los bibliobuses puedan parecer un invento del siglo XXI, la verdad es que se usan desde el siglo XIX en Estados Unidos (bookwagons).



En cuanto a España, en 1931 y con las primeras políticas de secularización de la educación de la II República, se crearon las bibliotecas circulantes :

"Otra de las medidas que emprendió el gobierno de la república fue la creación de bibliotecas circulantes; o sea, de una sección en todas aquellas bibliotecas que dependieran del Ministerio de Instrucción Pública, agosto de 1931 (decreto del día 22). Con esta medida se posibilitaba el acceso a la lectura en todas aquellas zonas rurales que carecían de biblioteca y de medios económicos y culturales para la compra de libros." San Segundo Manuel, R. "La actividad bibliotecaria durante la Segunda República española" (pág. 3).

Por último decir que la biblioteca pública tiene que darle al ciudadano lo que éste demande (formación, educación, documentos...) en donde le centro de todo proceso sea el mismo ciudadano/usuario. Lo que no se puede hacer es una biblioteca pública sin ciudadanos/usuarios. Si los usuarios de una población la solución no es cerrar la biblioteca sino cambiar el enfoque de la misma. Esta será la única forma de la que una biblioteca sea un lugar demandado y ser útil para la sociedad.

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