lunes, 8 de diciembre de 2008

Codificación del Catálogo e Información Codificada


Gracias a la codificación de la información bajo una serie de normas universales es posible la localización de un documento de caracter universal. Con las CDU podemos saber donde colocar el documento sólo sabiendo el primer número digital. La codificación numérica es otra ventaja que presenta este tipo de codificación ya que los números son universales a todas las lenguas y lugares; de modo que el "030" son "Obras de Referencia" en Sevilla, Sidney, Tokio, Boston o Johanesburgo. De ahí la importancia y la universalidad de la CDU.

La CDU son materias organizadas por áreas temáticas, pero otro de descripción (ésta a otra escala) es la ISBD. La descripción ISBD individualiza al libro y está dentro de la descripción bibliográfica. Gracias al ISBD identificamos al documento dentro de la colección.

Por otra parte, tenemos el formato MARC. El formato MARC es el formato inicial ya que éste es el formato máquina, es decir, es el lenguanje con el que se comunican y el que entienden las máquinas. Este formato se compone de tres etiquetas y de indicadores. Los indicadores son cifras, se leen de uno en uno, y cada uno tiene una información diferente. El formato MARC se puede decir que es el antedecesor del formato etiquetado que tenemos ahora.

Tanto el formato MARC, como la CDU, y el ISBD son diferentes formas de codificación del catálogo bibliográfico todas ellas importantes y gracias a ellas tenemos unas formas de organización de la colección ya que el número de documentos crece de forma exponencial.

Por último decir que todas estas formas de codificación es tarea del bibliotecario saberla y entenderla lo mejor posible ya que mientras mayor sea su manejo mejor será su tarea de facilitar la información al usuario, tarea para la que el bibliotecario está principalmente formado.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Ranganathan y las Bibliotecas del siglo XXI


Ranganathan fue un bibliotecario de mediados del siglo XX que estableció unos principios que fueron en su época revolucionarios en el campo de la biblioteconomía. Lo que ahora nos parece tan obvio como "el libro es para ser usado" o "debe ahorrarse tiempo al lector", a mediados del siglo pasado fue algo revolucionario.
Sin embargo, tras más de medio siglo de que Ranganathan enunciase los cinco principios, ¿ha mejorado el servicio de las bibliotecas en el sentido que lo proponía Ranganathan? Sometamos a crítica a las bibliotecas del siglo XXI.

"El libro debe ser usado". Este principio contrasta con la imagen de algunos bibliotecarios con los libros cual Cerbero guardando las puertas del Hades. La idea que muchos bibliotecarios tienen es que los libros son para coleccionarlos.

"A cada lector su libro". La biblioteca tiene ajustarse a las necesidades de los usuarios. En las bibliotecas universitarias no hay mucho problema por aquí ya que son los profesores los que recomiendan libros a sus alumnos y el mismo profesor le recomienda a la biblioteca para su compra. En cambio en las bibliotecas públicas, al ser un margen tan amplio en la necesidad del usuario, parece que las bibliotecas tienen mucha documentación de un tema y muy poca de otro tema. Ha de ser tarea del bibliotecario el de reconocer a sus usuarios y por supuesto la demanda de los mismos.

"A cada libro su lector". La biblioteca ha de modernizarse y dar a conocer a sus usuarios las nuevas adquisiciones y publicaciones. Hoy día podemos utilizar las RSS, los blogs o los e-mails. Aquí las bibliotecas se están adaptando poco a poco con la ayuda de las nuevas tecnologías, sin embargo queda mucho camino por recorrer.

"Hay que ahorrarle tiempo al lector". He aquí el principio que menos ha avanzado de todos. Hoy día podemos decir mejor "haga perder tiempo al lector". La maraña burocrática de la administración del estado impide agilizar los procesos bibliotecarios. Sin embargo la realidad es así. Esta es la tarea a realizar del bibliotecario del presente y del futuro.

"La biblioteca crece". Pero el problema es el ritmo. Existen dos velocidades. Hay bibliotecas en la que se adapta lo mejor que puede a las técnicas informáticas para ayudar y serle útil al usuario, y otro tipo de biblioteca que se adapta muy poco a poco y cualquier cambio se ve como que se está violando la esencia de la biblioteca. Un ejemplo es el significado de silencio en una biblioteca.

En definitiva, podemos decir que Ranganathan ha hecho un aporte fundamental a la biblioteconomía, sin embargo a modo práctico, estos cinco principios se ven de modo teórico y a la hora de adaptarlos a la realidad, tras tanto tiempo, cuesta mucho verlos hecho realidad.